En estas circunstancias excepcionales, son muchas las personas que han comenzado a teletrabajar desde casa, conviviendo así más horas de lo que acostumbraban con sus perros.
Si bien ya dedicamos un artículo a la necesidad de prestar atención a los trastornos derivados de la separación tras el primer confinamiento, hoy quiero hablar de la otra cara de la moneda, que es el teletrabajo y la permanencia en casa.
Más tiempo para compartir
Lo primero que suele sorprender a las personas que de repente pasan más tiempo en casa, es la cantidad de horas que duermen sus perros. Y es que eso es lo normal, y lo sano además. Ya comentamos que un perro adulto debía de tener una media de 14-15 horas de sueño diarias¿Sabías que un perro adulto duerme 12-15 horas al día? para poder tener estabilidad y bienestar.Eso significa que estará casi toda la mañana durmiendo, y podrás tener tiempo para trabajar. Sin embargo, es muy importante que tu perro se sienta acompañado, pues no duermen del tirón, y se dan pequeñas vueltas, algunas casi como autómatas, en las que te verán y sabrán que no están solos.
De vez en cuando tendrán momentos despiertos, que podrás aprovechar para estar con ellos, darles unos mimos o sacarles un rato. Esto sin embargo, hay que observarlo con detenimiento, pensando en el posible momento en el que vayas a volver a salir de casa durante largas horas, pues según el perrete, puede ser contraproducente. En ese caso, sería mejor dejarle pasar las mañanas y el tiempo habitual que tengas normalmente cuando trabajas, tranquilos y disfrutando de sus largas siestas.
Tiempo de calidad para el trabajo
Es importante no estar fomentando continuamente la activación de tu perro si no la tiene por sí solo. Primero por cambiar lo menos posible sus rutinas, y después para no acostumbrarles a que, estando tú en casa, las cosas que hacer nunca se terminan.Al margen de lo que le puede suponer al perro, tienes que pensar desde el principio lo que quieres que sea su trabajo desde casa. Y es que comenzar relajándote con las normas, dejándote llevar por la emoción de poder estar más tiempo con tu perrete, marcará un punto de partida que además reforzará (probablemente) muchísimo a tu perro/a, por lo que será más complicado de cambiar el día que decidas hacerlo, porque no te estará cundiendo nada en tu trabajo.
Pienso en los perros que una y otra vez llevan la pelota en la boca para que vuelvas a tirarla, o los que se quedan mirándote horas esperando alguna señal para ponerse a jugar, salir a la calle o dar una vuelta por la casa, e incluso lo que empiezan a rascar la puerta porque, si estás en casa, es posible salir a la calle.
Si comienzas una rutina clara desde el principio («estoy pero no estoy«) e incluso marcas el comienzo del trabajo y su fin con señales que la perra pueda discriminar, como «estoy trabajando» y «fin del curro«, por ejemplo, os será mucho más sencillo delimitar las fronteras del trabajo y el ocio.
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Tiempo de calidad para los perros
Ocurre también que, quienes no están acostumbrados a trabajar desde casa, con sus horarios y sus descansos, con frecuencia terminan teletrabajando a todas horas. Y esto incluye tener menos tiempo del que ya compartías con tu perra, porque tienes la cabeza en otra parte o, aún peor, porque sigues con tu trasero pegado a la silla.Deberás mantener rutinas similares o, si las necesitas cambiar, contar con el tiempo que tu perra quiere estar contigo y que podéis compartir. Es muy recomendable que no cambies de la noche a la mañana todas las rutinas, porque no eres tú únicamente quien tiene que acostumbrarse. Si es necesario, hazlo de la manera más amable para tu perro, como es ofreciéndole juegos y salidas largas y estimulantes antes de tener que quedarse sin ninguna estimulación, en horas en las que previamente sí las tenía. Ayuda a que física y mentalmente esté con cansancio, para facilitar el descanso posterior.
De nuevo, insisto en que dejes claro cuándo sí y cuándo no puede haber interacción. Y con esto no me refiero a que tengas que ignorar a tu perro continuamente, pues todos somos seres vivos, sintientes y a los que además se nos presupone cariño mútuo, así que un mimo o alguna referencia no va a hacer daño a nadie. Pero intenta no perturbar mucho sus costumbres ni tirar piedras contra tu propio tejado cuando trabajes en casa, sobretodo si es de manera temporal.
¿Trabajas desde casa y tienes uno o más bichines en casa? ¡Cuéntanos cómo os apañáis!
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